martes, 1 de noviembre de 2011

PRENSA COMARCAL

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Torrevieja
El Consell acelera ahora los trámites para que se finalice la desalinizadora
La decisión se produce cuando el gobierno del PP manchego ha recurrido el último envío de agua del trasvase Tajo-Segura

Tras 31 meses de espera la Generalitat Valenciana ha remitido a la sociedad estatal Aguas de la Cuenca Mediterránea (Acuamed) las condiciones con las que daría el visto bueno al paso por el puerto de Torreviejade los grandes colectores de toma de agua y vertido de salmuera de la desalinizadora. Es la última actuación que resta para poner en marcha la planta iniciada en 2007. Según confirmó ayer un portavoz autorizado de la Conselleria de Infraestructuras la dirección general de Puertos ha remitido ese documento a Acuamed, que depende del Ministerio de Medio Ambiente, responsable de la construcción. Entidad que solicitó ese permiso en marzo de 2009 a la Generalitat.
La decisión del Consell se produce a veinte días de las elecciones generales -con la previsión de que el Partido Popular desaloje al PSOE del Gobierno-y cuando el ejecutivo autonómico manchego, presidido por Maria Dolores de Cospedal (PP) ha recurrido el último envío de recursos hídricos del trasvase del Tajo-Segura, que dotan de agua a la agricultura alicantina y a la mitad de los municipios de la provincia. Algo que rompe la estrategia del PP en la Comunidad de apuesta sin fisuras por el mantenimiento de los trasvases, incluido el proyecto derogado del trasvase Ebro y con la denuncia sistemática de los costes ambientales y económicos del ambicioso programa de desalinización emprendido por los socialistas en los últimos años.
Y en ese plan la desalinizadora de Torrevieja, la segunda más grande del mundo, es la estrella. Tiene previsto producir 80 hectómetros cúbicos al año (el 25% de lo que ha recibido Almería, Murcia y Alicante del Tajo-Segura este año), capacidad para regar 8.000 hectáreas y abastecer de agua potable a 440.000 personas al mismo tiempo. Todo, tras una inversión de 297 millones de euros -55 financiados por la Unión Europea-.
Según confirmaron las mismas fuentes, el documento del servicio de gestión de Puertos de la Generalitat reclama un canon por el uso del dominio público competencia autonómica, modifica algunas de las características del proyecto de los grandes colectores a su paso por el Muelle de la Sal y marca un plazo para las obras y para el periodo de concesión del dominio público.
Sobre el terreno la obra, con un plazo de ejecución de 22 meses que culminó en 2008, está casi terminada. Incluidas las conducciones que la conectan con el principal reservorio de agua potable de la provincia en La Pedrera. Pero se enquistan desde diciembre de 2010 en un punto concreto: la playa de Los Náufragos, a la puertas del puerto de Torrevieja, donde se han quedado los tubos de toma y vertido de agua.
A la espera de las autorizaciones, la mayor actividad en las naves de la desalinizadora durante meses no ha ido más allá de los trabajos de mantenimiento de las zonas verdes.

BARRIO DE SAN ROQUE
A la espera de las obras de compensación
El tira y afloja que protagonizan la administración autonómica y la central a cuenta de los permisos y autorizaciones necesarias para construir y poner en marcha la desalinizadora desde que comenzaron las obras en 2007 también se ha trasladado a los proyectos que la legislación exige para compensar el impacto que generará el funcionamiento de esa planta en Torrevieja. A cuenta de las arcas del Estado, la sociedad pública Acuamed tiene licitado y con las ofertas presentadas de empresas un proyecto para reurbanizar el barrio de San Roque y realizar un paseo en la fachada marítima, en la playa del Acequión. Es una inversión de 5,8 millones de euros. Las propuestas de las mercantiles que se interesaron por realizar estas obras están en Acuamed desde el 16 de mayo, sin que se haya resuelto el concurso. Retraso que coincide en parte con el bloqueo de la Generalitat de la autorización de paso de los tubos por el puerto y con la falta de respuesta a la petición de licencia ambiental integrada que deberá conceder también el Gobierno Valenciano, solicitada desde agosto de 2007. No es el primer obstáculo burocrático. Cuando comenzaron las obras el asunto llegó hasta el Tribunal Constitucional porque la Generalitat alegaba que la planta se realizaba en un solar que afecta al parque natural de las lagunas de Torrevieja y que la autorización para que comenzara la obra era competencia autonómica. Esa batalla la perdió el Consell. El Ayuntamiento ha mantenidoo una actitud similar -desautorizó obras en verano, entre otros aspectos- hasta que abrió la mano tras concretarse el proyecto para la fachada marítima y San Roque. D. P.

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