domingo, 14 de agosto de 2011

PRENSA COMARCAL

Alicante - La Verdad

ORIHUELA
Cuando la Vega Baja tiembla
Han pasado tres meses desde el terremoto de Lorca. La comarca sabe lo que es un seísmo

la Vega Baja es una de las zonas más relevantes de la Comunidad Valenciana en actividad sísmica y conoce bien lo que pasaron los vecinos de Lorca el pasado 11 de mayo, cuando un temblor de tierra que sobrecoge a quienes lo viven. Del temblor de la localidad murciana han pasado tres meses, del que asoló la comarca oriolana en 1829 han trancurrido casi dos siglos, pero la sensación es la misma.


Los motivos de esta importancia sísmica radica en la elevada actividad registrada en la que se ve inmiscuida la Vega por el movimiento de dos fallas o placas que atraviesan el subsuelo de la comarca. A ello se le suman dos episodios históricos que sacudieron a sus habitantes con gran intensidad y que desolaron algunas localidades tras el derrumbe de numerosas edificaciones. En la actualidad los terremotos también se suceden, pero por su poca magnitud no llegan a sentirse por los ciudadanos ni a causar graves desperfectos, excepción hecha del temblor de Lorca.

El sur de la provincia de Alicante es considerado como una de las zonas de mayor actividad por la unidad de registro sísmico de la Universidad de Alicante, desde donde se recaban los datos de estos fenómenos naturales a nivel provincial, tras el registro de la actividad en cinco estaciones que tienen bajo su custodia.

Esta unidad, puesta en marcha en 1968, sigue de cerca los movimientos de tierra, pudiendo llegar a determinar que al año se suceden aproximadamente unos 60 terremotos, unas sacudidas de tierra que se producen desde el sur y que pueden llegar a tener una magnitud entre 1,5 y 4 grados en la escala de Richter.

Dos fallas o placas son las responsables del origen de todos los movimientos de tierra que se pueden sentir en la Vega del Segura. Una de ellas se presenta con orientación sudoeste y noroeste que sigue la disposición de la Sierra de Crevillente, de menor relevancia que la ubicada en el municipio de San Miguel de Salinas, situada de forma perpendicular respecto a la primera placa de Crevillente.

Cuantiosos han sido los terremotos que han acaecido en la comarca a lo largo de la historia. Los estudios y registros sismológicos se vieron marcados por las sacudidas de tierra de los que destacan dos episodios. Uno de ellos se estableció en Orihuela entre los años 1482 y 1484. La otra serie sísmica de la que se recabaron más datos, y que destruyó la comarca, fue la acaecida en Torrevieja, entre 1828 y 1930 con la sacudida de un gran terremoto de intensidad 10, cuyas réplicas se prolongaron interrumpidamente durante seis meses.

Entre los terremotos más importantes ocurridos en España que establece el Instituto Geográfico Nacional, también se contempla el acaecido en Orihuela en el año 1048, que destruyó la mezquita de la ciudad.

Los temblores que dejaron huella durante este bienio comenzaron el 13 de septiembre de 1828 con una sacudida de grado 7, pero no fue hasta el mes de marzo de 1829 cuando Orihuela y diversos pueblos de la comarca se vieron ensombrecidos por la magnitud de un terremoto que asoló algunos municipios y propició una reconversión de la edificación.

Más de 200 réplicas durante los meses siguientes al terremoto de 1829, se pudieron sentir en las diversas localidades de la comarca debido a la gran magnitud del primero, que destruyó parte del bajo Segura. Los movimientos sísmicos no se pueden predecir sin embargo «se pueden determinar las réplicas después de un terremoto de cierta magnitud», explica Pedro Jaúregi, técnico superior de la unidad de registro sísmico de la Universidad de Alicante, quien asegura que «se sabe que cuanto mayor es el terremoto mayores réplicas van a suceder en los días siguientes».

El Instituto Geográfico Nacional es el encargado de dar la voz de alarma para poner en marcha los planes de emergencia en cuanto se registra un movimiento sísmico, mientras que el papel de recabar datos provinciales para el análisis y estudio es la unidad de registro sísmico de la Universidad de Alicante. Los investigadores de esta unidad analizan los registros de las cinco estaciones de la provincia, desde donde se asegura que al año se suceden aproximadamente 60 sismos, pero que no alcanzan gran magnitud como para sentirse por los ciudadanos.

Enero del año 1829 fue el comienzo de los temblores que se sintieron en Torrevieja. Sacudidas que correspondían a un período sísmico que empezó en septiembre del año anterior y cesaron en el mes de marzo.

Los estudios ratifican que a pesar de creer que el período sísmico que había empezado en el valle del Segura el 13 de septiembre había remitido, el día 21 de marzo una fuerte sacudida pasadas las seis de la tarde considerada como «violentísima» originó incalculables daños en todas las localidades.

Municipios como Almoradí, Benejúzar, Formentera del Segura, Rafal, Rojales, Daya Nueva, Torrevieja, La Mata, Algorfa, Guardamar del Segura y el caserío conocido como La Marquesa desaparecieron. Con más de 4. 000 vecinos afectados quedaron en ruinas la mayor parte de los caseríos de la huerta de Orihuela, viviendas derruidas que llegaron a los 3.500 edificios. Una situación que propició la construcción de inmuebles de un solo piso y calles anchas en localidades como Torrevieja, Guardamar y Almoradí, según se explica en el primer tomo del catálogo sísmico realizado por el inspector general de ingenieros geógrafos, José Galbis.

Este gran terremoto se sintió en otros puntos de la provincia como Elche y en la vecina Región de Murcia, donde los daños también fueron innumerables. En abril ocurrió otro período sísmico con temblores fuertes que acabaron por derribar las paredes resentidas por efecto de terremotos anteriores e incluso sacudidas como la sucedida en marzo con una duración de 14 minutos, que volvieron a causar graves daños.

Prevención

Aunque predeterminar un terremoto sea imposible lo que se considera una estrategia clave es la organización de todas las fuerzas de seguridad para en la medida de lo posible reducir los daños ante un movimiento sísmico. Desde la Conselleria de Gobernación se alienta a los responsables municipales a que profundicen en el conocimiento de un riesgo como el sísmico que se tiene muy presente especialmente en Alicante. Sus técnicos aseguran que el riesgo de terremotos en la Comunidad Valenciana se concentra en su mitad sur, incrementáHtmlLineBreaks=true

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